29 marzo 2006

Más piercing

El apasionante mundo del piercing produce fotos (y sensaciones) como las que me envía un amigo y pongo hoy.
Qué quieren que diga: la mortificación corporal real nada tiene que ver con estos horrores; pero ya se ve que cualquier disparate puede ser políticamente más correcto que el amor a la Cruz, que espera tras el retraso de un vaso de agua, una sonrisa en vez de una cara de palo o un rato de cilicio. Gran paradoja.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Estas enfermo, amigo