
Qué quieren que diga: la mortificación corporal real nada tiene que ver con estos horrores; pero ya se ve que cualquier disparate puede ser políticamente más correcto que el amor a la Cruz, que espera tras el retraso de un vaso de agua, una sonrisa en vez de una cara de palo o un rato de cilicio. Gran paradoja.
1 comentario:
Estas enfermo, amigo
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