13 marzo 2006

Buen humor

Llevo varios días dándole vueltas a un comentario de un amigo que me decía que el problema de que anden los católicos tan activos con El Código Da Vinci es que no tenemos sentido del humor, que parece que no sabemos encajar una broma.

No es cuestión de sentido del humor. No tiene ninguna gracia que una novela tan leída base su trama en la gran mentira que el poderoso Vaticano ha estado ocultándonos durante todos estos años. Cierto que las ventas confirman entre otras cosas el gran interés que tienen los temas religiosos: eso es positivo, pero no gracioso.

Graciosos sí que son -y demuestran sentido del humor en el católico que me los ha enviado- los textos que recojo a continuación que circulan por la red como recortes auténticos de tablones de anuncios de parroquias:

Para cuantos de entre vosotros tienen hijos y no lo saben, tenemos un espacio preparado para los niños.

El grupo de recuperación de la confianza en sí mismos se reúne el jueves a las 7 de la tarde. Por favor, usad la puerta de atrás.

El viernes a las 7 de la tarde, los niños del oratorio presentarán "Hamlet” de Shakespeare en el salón de la iglesia. La comunidad está invitada a tomar parte en esta tragedia.

Queridas señoras, no olvidéis la venta de beneficencia! Es un buen modo de liberaros de las cosas inútiles que estorban en casa. Traed a vuestros maridos.

Tema de la catequesis de hoy: "Jesús camina sobre las aguas". La catequesis de mañana: "A la búsqueda de Jesús".

El coro de los mayores de sesenta años se disolverá durante todo el verano, con el agradecimiento de toda la parroquia.

Recordad en la oración a todos aquellos que están cansados y desconfían de nuestra parroquia.

El torneo de basket de las parroquias continúa con la partida del miércoles por la tarde: venid a animarnos mientras trataremos de derrotar a Cristo Rey.

El costo de la participación en la reunión sobre "oración y ayuno" incluye las comidas.

Por favor meted vuestras ofertas en el sobre, junto a los difuntos que queréis hacer recordar.

El párroco encenderá su vela de la del altar. El diácono encenderá la suya de la del párroco, y girándose encenderá uno a uno a todos los fieles de la primera fila.

El martes por la tarde, cena a base de judías en el salón parroquial. Seguirá concierto.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

¡muy buenas!

Anónimo dijo...

Estás como una cabra...
Por cierto, debías cuidar las formas: es decir, que podías haber escrito las frases entre comillas, o en otro color, o en negritas (afroamericanitas, creo que se dice ahora), o de algún modo para llamar la atención y hacer ver que es algo distinto al texto normal.